miércoles, 25 de marzo de 2009

UN FIN DE SEMANA... DE MERCADILLOS

No paramos de oir la palabra crisis, y la verdad es que, de una u otra forma nos vemos afectados por ella. Si eres de las que te sientes culpable por querer comprarte algo de ropa nueva en esta situación, pero también piensas que en ti está la protagonista de la segunda parte de "Confesiones de una compradora compulsiva", tenemos la solución: los mercadillos.

En la Comunidad de Madrid existen infinidad de mercadillos que, a lo largo de la semana, despliegan sus puestos y sus maravillas para gusto de sus visitantes, pero nos vamos a centrar sólo en dos, que se "abren" los fines de semana, para que tus quehaceres semanales no te impidan disfrutar de ellos.

Aranjuez: Al sur de Madrid, muy cerca de la provincia de Toledo, se encuentra esta bonita y real localidad, que no en vano ya fue elegida por los Reyes para construir allí un palacio y dedicarlo a lugar de asueto. Y si los Reyes lo eligieron, sería por algo, ¿no? Los sábados por la mañana en una de las calles más céntricas de la ciudad, podrás encontrar uno de los mejores mercadillos que hemos conocido: por variedad, y por precio. Así que, qué mejor plan que llegar a Aranjuez por carretera o por tren, ir al mercadillo, y recorrer la gran calle que ocupa, ancha, sin muchos agobios, salvo en hora punta, y encontrar de todo... ropa, zapatos, bolsos, plantas, comida.... Y cuando acabes, si no tienes prisa, quédate dando una vuelta, tomando un aperitivo, comiendo o disfrutando de la buena temperatura que, en estas fechas, ya tiene Aranjuez.

Plaza de Castilla: Y si no tuviste suerte en Aranjuez, porque lo de los mercadillos es, muchas veces, cuestión de suerte, o te quedaste con ganas de más, te damos otra opción, el mercadillo de Plaza de Castilla. Levántate el domingo con ganas, cógete el metro, y dirígete a Plaza de Castilla. Al salir, enseguida verás gente con bolsas, pero por si no lo localizas a primera vista, pregunta por la Avenida de Asturias... y allí lo encontrarás. Cuesta abajo al empezar, y cuesta arriba si quieres volver a coger el mismo metro, cientos de puestos se agolpan a ambos lados ofreciéndonos una gran variedad de cosas...y, también, a buen precio, aunque como siempre, hay de todo.

Vete con ánimo, recuerda que, a veces, los mercadillos tienen maravillas donde menos te lo esperas, busca, rebusca, ríete con las grandes frases que los dueños de los puestos inventan para atraer a la clientela, no dudes que, esa gente, trabaja mucho para ganarse la vida ...y ¡suerte!... Y recuerda, si encuentras un chollo, y tus amigas te preguntan dónde encontraste esa maravilla, la opción es clara: o las revelas tu secreto y las invitas a descubrirlo, o mientes como una bellaca.
(entrada por cortesía de 31416 alias pi)

1 comentario:

  1. Eso, eso: las chicas de compras y los chicos a la guerra GGGGGGGGGGGGGGGGGHHHHHHHHHHFFFFFF

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